domingo, 5 de enero de 2014

CAPÍTULO 10. ZACARÍAS.



10 1Implorad del Señor
las lluvias tempranas y tardías,
que el Señor envía
los relámpagos y los aguaceros,
da pan al hombre y hierba al campo.
2En cambio, los fetiches prometen en vano,
los agoreros ven falsedades,
cuentan sueños fantásticos,
consuelan sin provecho.
Por eso vagan perdidos
como ovejas sin pastor.

Repatriación

3Contra los pastores se enciende mi cólera,
tomaré cuentas a los machos cabríos.
El Señor de los ejércitos cuidará
de su rebaño (la casa de Judá) y hará de él
su corcel real en la batalla.
4Ellos proveerán remates
y estacas para las tiendas,
ellos los arcos guerreros y los capitanes;
5todos juntos serán como soldados
que pisan el lodo de la calle en la batalla;
pelearán porque el Señor está con ellos,
y los jinetes saldrán derrotados.
6Haré aguerrida a la casa de Judá,
daré la victoria a la casa de José,
los repatriaré, pues me dan lástima, y serán,
como si no los hubiera rechazado.
Yo soy el Señor, su Dios, que les responde.
7Efraín será como un soldado, se sentirá alegre,
como si hubiera bebido;
sus hijos al verlo se alegrarán,
se sentirán gozosos con el Señor.
8Silbaré para reunirlos, pues los redimí,
y serán tan numerosos como antes.
9Si los dispersé por varias naciones,
allá lejos criarán hijos,
se acordarán de mí y volverán.
10Los repatriaré desde Egipto,
los reuniré en Asiria,
los conduciré a Galaad y al Líbano
y no les quedará sitio.
11Entonces atravesarán un mar hostil:
golpearé el mar agitado
y se secará el fondo del Nilo.
Será abatido el orgullo de Asiria
y arrancado el cetro de Egipto;
12con la fuerza del Señor
avanzarán en su nombre
-oráculo del Señor-. 

10, 1-2b La relación entre lluvia e ídolos o baales es tradicional: véase entre otros Is 30,22s, y la historia de Elías (1 Re 17-18). El final es extraño: tradicionalmente los pastores son los jefes. Parece insinuar que los jefes, consultando a los ídolos, habían extraviado al pueblo. 

10,3-11,3 La nueva repatriación tiene carácter militar y utiliza motivos del éxodo. a) El pueblo está disperso, por culpa de los pastores, en Asiria y Egipto, dominios de Seléucidas y Lágidas; el Señor los congrega para repatriarlos. b) Por la resistencia enemiga, el retorno tiene momentos bélicos, expresados con términos como soldado, batalla; el Señor lo fortalece y el pueblo pelea. c) Por el camino de vuelta tienen que superar un mar hostil, como antaño el Mar Rojo. El desarrollo de la perícopa resulta algo confuso: compárese con la claridad de un oráculo semejante, Is 11,11-16. 

10,3 Es extraña la transformación de un rebaño en un corcel de guerra. 

10,4 El pueblo suministra cuanto es necesario para la restauración sin tener que importar de fuera. Estacas y remates: equivale a decir de punta a punta; las dos piezas pueden identificarse con cargos en la comunidad. 

10,5-6 Hay que notar el protagonismo del Señor: está con ellos, los hace aguerridos, les da la victoria. Judá es el reino meridional, José, o Efraín, el septentrional. 

10,8 "Silbar": inspirado en Is 5,7 y 7,18. 

10,9 Enmendado. En el destierro no faltó la bendición de la fecundidad. 

10,10 En el contexto histórico se refiere a la Siria de los Seléucidas y el Egipto de los Lágidas.
Galaad fue territorio israelita hasta la conquista asiria (2 Re 15,29); no así el Líbano. Si este nombre no oculta en clave otro territorio, sería un rasgo ideal en el cuadro. 

10,11 Véase Is 11,15. 

10,12 Véase Sal 20,8.

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