sábado, 30 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 5. ZACARÍAS.



6. El rollo volando

51Alcé de nuevo la vista y vi un rollo volando.
2El ángel me preguntó: -¿Qué ves?
Contesté:
-Veo un rollo volando, de diez metros por cinco.
3Me explicó:
Es la maldición que se dirige
a la superficie de todo el país.
Por un lado del rollo:
«Los ladrones quedan impunes»,
por el otro:
«Los perjuros quedan impunes».
4Yo la he sacado
-oráculo del Señor de los ejércitos-
para que entre en casa del ladrón
y en casa del que perjura por mi nombre;
se instalará en la casa
hasta consumir maderas y piedras.

7. El recipiente y la mujer

SEI ángel que hablaba conmigo se adelantó y me dijo:
-Alza la vista y mira lo que aparece.
6Pregunté: -¿Qué?
Me contestó: -Un recipiente de veintidós litros: así de grande es la culpa en todo el país.
7Entonces se levantó la tapadera de plomo y apareció una mujer sentada dentro del recipiente.
8Me explicó: -Es la maldad.
La empujó dentro del recipiente y puso la tapa de plomo.
9Alcé la vista y vi dos mujeres con alas de cigüeña aleteando en el viento, que transportaban
el recipiente entre cielo y tierra.
10pregunté al ángel que hablaba conmigo:
-¿Adónde se llevan el recipiente?
11 Me contestó:
-A construirle un nicho en territorio de Senaar, y cuando esté terminado, la pondrán sobre
un pedestal.

EXPLICACIÓN.

5,1-4 Nueva purificación de la ciudad: esta vez de enemigos internos, pecadores contra el tercero y el octavo mandamiento. ¿Por qué selecciona el robo? -Quizá por la situación económica; ¿por qué el perjurio? -Porque, al implicar la profesión religiosa, resulta sacrílego. Otra explicación: en Lv 19, 11-18 leemos un bloque de leyes que comienzan por robo y perjurio y concluyen con el precepto general de amor al prójimo. Si Zacarías lo cita como incipit, incluye el bloque entero. 

Son dos delitos que pueden quedar ocultos y sus autores impunes. Un rollo gigantesco que pasa planeando parece proclamar una carta de impunidad y la maldición de esa impunidad. Hasta que el Señor se hace cargo del rollo, lo saca y lo mete certeramente en casa del culpable. El rollo, como contagio fatídico, se convierte en maldición del culpable, hasta carcomer piedras y maderas (cfr. Hab 2,11; Lv 14,33ss). Robo con perjurio son dos caras de un rollo, de la injusticia perfecta. El rollo acusa, prueba y ejecuta la sentencia de los ladrones. 

5,11 Hay que concluir la purificación extirpando culpa y maldad. La maldad es un poder maligno, personificado en figura de mujer (por ser la palabra femenina, como sabiduría y necedad en Prov 9). La culpa es el ancho recipiente donde es encerrada y transportada la maldad. Se la llevan a su puesto natural, donde será entronizada y adorada. 

Algunos detalles pertenecen al tema: la tapadera, para que no escape. Otros sirven al realismo de la visón onírica: las alas de cigüeña (como el tamaño del rollo, el color de los caballos etc). Para entender el texto, lo mejor es liberar la fantasía. Es una visión de pesadilla. La maldad es como una alimaña, que se mete en una cazuela con tapa, y levantando la tapa intenta escaparse; la empujan rápidamente adentro y tapan. Las dos mujeres son como dos brujas con mantos flotantes: al meterse el aire entre sus pliegues, se levantan con apariencia de alas de cigüeña. Se levantan a favor del viento, batiendo sus alas de tela, y en volandas se llevan el cacharro con su carga maldita. Es un mundo de sueños o de cuentos. La explicación disipa la pesadilla. 

En la ceremonia del día de la expiación, las culpas del pueblo se pasaban a un macho cabrío, que era expulsado al desierto. En vez del animal, introduce Zacarías el caldero; en vez de desierto, introduce Senaar o Babilonia, como lugar emblemático, morada del mal, reino del pecado. Puede compararse este texto con Sal 32,1; 103,12 y Ez 22.

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